Un buen redactor, observa su entorno como un águila

Un buen redactor observa su entorno como un águila. El águila es un cazador experto, y el redactor debe ser experto en cazar noticias, historias e ideas. Si bien el otro día, hacía esa similitud entre ser meretriz y redactora , lo cierto es que también se disfruta mucho, echando el guante a momentos que puedes trasladar en palabras para tu cliente.

Como cuando vas a hacer la compra y has de elegir las mejores piezas de fruta o verdura. Las miras con tiempo, las tocas y coges las que sabes que te agradarán y encajan con tus gustos. Con los proyectos que te encargan tus clientes sucede lo mismo.

Encontrar en tu entorno las ideas y las palabras que necesita tu cliente

 

De nada sirve que trabajes en la oficina más cool del lugar, si después no sabes lo que ocurre en tu entorno porque no te mueves de allí. Lo único que cambia cada día es tu salvapantallas. Yo quiero ser redactora oficial, trabajar para una sola empresa, pero antes de que eso llegue, mi método es el siguiente:

 

  • Estoy igual de atenta a las noticias que a lo que ocurre en un trayecto de autobús.
  • Procuro alejarme de los gurús y de personas que emplean términos que ni saben lo que significan.
  • Me empapo de todo lo que rodee al sector al que pertenece mi cliente. A veces, sufro de doble personalidad y creo ser responsable de un departamento de recursos humanos, o experta en células madre.
  • Soy consciente de que el cliente desea que su contenido sea leído por hordas de lectores.

 

Para ser redactor de primera: escribe, lee, escribe, lee y así hasta el infinito

 

Esta semana estoy pasando todo el día en un hospital al lado de mi madre. Pronto vuelve a casa, los médicos son dioses, mis héroes. Ni un solo día he dejado de tropezarme con historias. El trabajo del redactor es saber escuchar y observar lo que nos cuenta nuestro interlocutor.

Que lo que para otro sea una mera conversación, para nosotros sea material valioso, y prácticamente un tesoro (primero a nivel personal) y después trasladado al terreno profesional algo tan importante que merezca ser contado como contenido platino.

Querido redactor, eres y no dejarás de ser un ladrón de historias que, en ocasiones, guardarás para ti, y las más de las veces, regalarás a tu cliente para que su contenido esté cargado de esa pizca de humanidad que se pierde entre las prisas y lo cool.

Escribe, escribe y escribe.

 

Joana Sánchez