Quiero ser redactor II

jerrylewis

Jerry Lewis y la máquina de escribir de Leroy Anderson

 

Aquí comienza la entrega de Quiero ser redactor II ¿Consejos, lecciones, 10 pasos para que triunfes como redactor? No. Tan sólo mis experiencias a lo largo de estos años dándole a la tecla.

¿Recuerdas que la semana pasada hablamos de piscinas y de la importancia de fusionarte con el producto sobre el que escribes? Gracias por prestar atención pero como ves, te he puesto un enlace, por si acaso.

 

Si escribes, no mezcles temas por favor

 

Si no trabajas para un cliente, corres el riesgo de acabar viviendo situaciones entre graciosas y surrealistas. La mente de un redactor debe estar igual de ordenada que la casa de Marie Kondo (chiste fácil y malo)

Pero hace unos días, se me juntaron tres proyectos.

mariekondo
La gurú del orden, Marie Kondo

 

En el primero debía escribir sobre las células madre y lo que eso conlleva (documentación, documentación y más documentación) en esa ocasión escribí sobre la disfunción eréctil y lo que las células madre pueden hacer con este problema que afecta a 1 de cada 5 hombres en España.

El siguiente proyecto tenía como título: Ligar por linkedin, la torpeza como habilidad y además tenía pendiente el correo de un alumno del curso Análisis de Operaciones Psicológicas al que debía responder a una duda sobre propaganda política.

 

Quiero ser redactor II y el orden no es territorio exclusivo de los seguidores de Kondo

 

Tuve un instante de cruce de células grises a lo Hércules Poirot a cámara lenta. Si la sabia japonesa domina el orden en armarios, cuartos de baño…, como redactora tuve que frenar y tomar aire. No debía teclear nada en esos instantes de ligera confusión.

 

El mayor enemigo de un redactor, además del desorden es el cansancio, puedes acabar escribiendo un fragmento de El Quijote, en un artículo relacionado con lo sano que es la práctica de juegos eróticos con tu pareja

 

Y eso fue lo que hice, no…, lo de los juegos no, lo de  apartar las manos del teclado y ponerlas sobre mis rodillas. Mirar a través de la ventana, relajar la vista y hacer unas respiraciones.

 

No temas parar de escribir aunque tengas varios encargos

 

De hecho, si no lo hiciera dejaría asombrado a algún cliente o, no quiero ni pensarlo, a algún lector de esos lugares donde publico y sí existe un público amplio.

El buen redactor o el redactor sensato, piensa antes de escribir y de publicar. El truco más viejo del mundo es el de leer en voz alta.

Resulta llamativo cómo un párrafo nos puede parecer perfecto mientras lo escribimos y un horror cuando lo leemos.

 

Parar. Respirar. Descansar. Releer dos veces antes de publicar o enviar un texto por correo, es de sentido común pero cuando andamos escasos de sueño, todo vale

 

Y por hoy nada más y nada menos.

He aparcado otra contestación a un alumno al que responderé ipso facto, por escribir este artículo ya que me comprometí.

Seguro que él también lo agradecerá porque ahora he tenido tiempo de relajarme y despejar mi mente mientras os contaba mis cosas.

Recuerda, si escribes descansa de vez en cuando, al igual que cuando conduces.

 

Hasta el próximo día.

 

Joana Sánchez

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