Juana Sánchez González. Libros

 

Me llamo Joana Sánchez y soy redactora. Me considero aprendiz de escritora y firmo mis historias como Juana. Si buscas en Google Juana Sánchez González Libros parece que lleve años escribiendo, pero es así.

El primer libro que publiqué fue una recopilación de relatos cortos. A esas historias las llamaba relatos urbanos y de mi blog pasaron a tener forma de libro gracias a la autopublicación en 2012. El título, Un vaso de leche por favor. 

 

Juana Sánchez González. LIBROS

Después llegó un manual para hablar en público y Diario de una redactora peculiar. Esta biografía autorizada es un homenaje a todos los que oyeron alguna vez que iban a triunfar en la vida y les ha pasado lo mismo que a mí.

Es un homenaje póstumo a mi padre, él fue durante cuarenta años encofrador y yo llevo más de quince años intentando ser redactora.

Agorafóbica perdida, mi carta de presentación

Basado en hechos reales, Agorafóbica perdida  es el resultado de dar el paso y hablar de la ansiedad y la agorafobia, dos de mis fieles compañeras. El libro gustó y todavía hay nuevos lectores, que, como yo, saben lo que implica no salir de casa, antes de que un confinamiento nos obligara.

Lo envié a un par de editoriales y ninguna se enamoró de él. Sin embargo, desde las librerías sí.

Tuve la suerte de aparecer en algunos medios:

Las piernas no son del cuerpo, cuyo podcast está en el enlace y os invito a oírlo. Al frente estaba Juan Luis Cano y eso ya era un lujo para mí o quizás un sueño.

Diario de Burgos, medio en el que trabaja un excelente periodista, Javier M Faya.

Radio Cómplices, una de esas emisoras pequeñas/grandes, con David Marcos, Modesta López y Fernando Rodríguez.

Alicante Plaza, por fin profeta en mi tierra gracias a la empatía de Thais Peñalver.

Microrrelatos con poderes

Tras Agorafóbica perdida comencé a redactar microrrelatos como una médium. Veía una palabra que fuera tendencia en Twitter y era capaz de escribir en seis líneas algo que sintetizara el tema.

En Instagram sucedía lo mismo. Una persona me dejaba una palabra y por la tarde ya tenía su microrrelato. Sumé tantos relatos cortos que los publiqué con diferentes títulos:

Microrrelatos para leer en el autobús

Un vaso de leche, por favor

Microrrelatos con poderes

 

¿Algún romántico en la sala?

Un día me dije que debía centrarme en un género literario y opté por la literatura romántica. Me gusta Amélie Nothomb y la única escritora ‘romántica’ que me agrada es Jane Austen, así que no me salió una comedia romántica al uso. Es la historia de una mujer que preferiría haber nacido en otra época, adicta al cine de Katherine Hepburn y está obsesionada con su ex que vive en Argentina.

Algún romántico en la sala, recoge algunas vivencias personales y si eres consumidora de novelas en serie con portadas sacadas de bancos de imágenes, no te gustará.

La portada, para empezar, es de Elisabet Ibañez, pintora y escultora. No aposté por Juana Sánchez González. Libros de literatura romántica para siempre.

Seguiré escribiendo mis microrrelatos y esa novela que está en un rincón de mi escritorio y firmando como Juana Sánchez, aunque nunca me den el Premio Planeta.

 

Juana Sánchez