Juana Sánchez González. Libros
Me llamo Joana Sánchez y soy redactora o al menos es por lo que me pagan desde hace años. Sin embargo, me considero aprendiz de escritora y firmo mis historias como Juana Sánchez González. Odio ese nombre, pero es el mío y quería separar a la redactora de la creativa.
El primer libro que publiqué fue una recopilación de relatos cortos. Llevo una libreta y un bolígrafo en el bolso. A esas historias las llamaba relatos urbanos y de mi blog pasaron a tener forma de libro gracias a la autopublicación en 2012. El título, Un vaso de leche por favor.
En ese ramillete de sucesos reales, aparecía la iglesia, un supermercado, un chico con problemas con las drogas, situaciones surrealistas en el autobús. Si lo pienso bien, me recuerdan a los monólogos que se pusieron de moda en España hace más de una década.
Juana Sánchez González. Libros
Después llegó un manual para hablar en público y Diario de una redactora peculiar. Esta biografía autorizada es un homenaje a todos los que oyeron alguna vez que iban a triunfar en la vida y les ha pasado lo mismo que a mí.
No ha habido libro éxito de ventas, tampoco un puesto de trabajo en un medio de comunicación relevante y sí millones de promesas y casi rozar el reconocimiento a mi trabajo.
Fue un homenaje póstumo a mi padre, él fue durante 40 años encofrador y yo llevo más de 15 años intentando ser redactora a la que le piden que interprete otros papeles en lo laboral.
Agorafóbica perdida, mi carta de presentación
Basado en hechos reales, Agorafóbica perdida es el resultado de dar el paso y hablar de la ansiedad y la agorafobia, dos de mis fieles compañeras. El libro gustó y todavía hay nuevos lectores, que como yo, saben lo que implica no salir de casa, antes de que un confinamiento nos obligara.
Lo envié a un par de editoriales y ninguna se enamoró de él. Sin embargo, desde las librerías sí. ¿El problema? Una librería no se lleva bien con la gigante plataforma de ventas online y lo entiendo, necesitaban que tuviera una editorial ¿Se entiende el chiste?
Abrí un blog, creé una cuenta en Instagram y me encargué de mi propia estrategia de marketing como escritora. Juana Sánchez, el nombre que aparece en mi DNI, fue acogido con cariño y empatía.
Logré que algunos medios como Las piernas no son del cuerpo, el Diario de Burgos, Alicante Plaza … me entrevistaran. Si os soy sincera, el síndrome del impostor siempre me ha acompañado. Escribir libros se ha convertido en una moda más. Una editorial te pide dinero y organiza a tu alrededor una campaña de marketing a gran escala, y si antes, has logrado conectar con un público concreto, parte del trabajo está hecho. Me dio miedo seguir ese camino.
Microrrelatos con poderes
Tras Agorafóbica perdida comencé a redactar microrrelatos como una médium. Veía una palabra que fuera tendencia en Twitter y era capaz de escribir en seis líneas algo que sintetizara el tema. En Instagram sucedía lo mismo. Una persona me dejaba una palabra y por la tarde ya tenía su microrrelato. Sumé tanto relatos cortos que los publiqué con diferentes títulos:
Microrrelatos para leer en el autobús
¿Algún romántico en la sala?
Un día me dije que debía centrarme en un género literario y opté por la literatura romántica. Me gusta Amélie Nothomb y la única escritora ‘romántica’ que me agrada es Jane Austen, así que no me salió una comedia romántica al uso. Es la historia de una mujer que preferiría haber nacido en otra época, adicta al cine de Katherine Hepburn y obsesionada con su ex y el cibersexo.
Una experta me dijo que los microrrelatos no vendían, supongo que elegí la novela romántica como podía haber escogido el misterio. Creo que una ha de escribir sobre lo que conoce o, al menos, sobre lo que le gusta porque para escribir sobre lo que no me agrada ya tengo el oficio de redactora.
Algún romántico en la sala, recoge algunas vivencias personales y si eres consumidora de novelas en serie con portadas sacadas de bancos de imágenes, no te gustará. La portada, para empezar, es de Elisabet Ibañez, pintora y escultora. No aposté por Juana Sánchez González. Libros de literatura romántica… para siempre.
Seguiré escribiendo mis microrrelatos y esa novela que está en un rincón de mi escritorio y firmando como Juana Sánchez aunque nunca me den el Premio Planeta.
Juana Sánchez